Calor de padre

Un abrazo, una caricia, un gesto de cariño. Todas las muestras de afecto nos proporcionan cariño y cercanía, y los abrazos además nos dan calor y seguridad.

¡Qué importante es el calor de un padre! Esa sensación de calor y seguridad, de refugio y de paz. Esa manera en la que miramos a nuestros padres y en la que nos miran nuestros hijos, un orgullo fuerte, una mirada que dice ¡Este es mi padre!

Yo tengo la suerte de tener padre, al que desgraciadamente veo menos de lo que me gustaría, y que conmigo siempre ha sido padre, que es mucho más de lo que otros pueden decir. «Yo soy amigo de mi hijo», no lo voy a calificar, pero creo que no es lo que tiene que ser.

Esta oda al amor de los padres y al calor de un abrazo viene porque aún tengo la carne de gallina. Me ha impactado mucho la noticia de ese papá, que tras un accidente de coche con su hijo de tres años, estuvieron abrazados 22 horas hasta que llegaron a rescatarlos. Pocas dudas quedan a la interpretación libre, sólo que el calor del abrazo del padre salvó la vida del hijo. El relato del accidente es como todos, feo, triste e inevitable, si no fallaríamos en su definición de accidente. «Si hubiera habido una valla, se hubieran salvado», claro, y su hubiéramos sabido muchas cosas, habríamos evitado otras.

En Córdoba, un padre y su hijo de 3 años viajan en coche por una carretera secundaria, mal iluminada, sin arcén… Ha recogido a su hijo del centro educativo y nunca llegará a casa. Aquel jueves noche les buscan y no dan con ellos, han caído en un pozo de 5m de profundidad. El viernes por la mañana les encuentra un agricultor, da la voz de alarma y los servicios de rescate, bomberos y sanitarios acuden al lugar. Encuentran al padre abrazado a su hijo, el padre muy malherido pudo soltarse, soltar a su hijo y abrazarle. Le dio su calor, le tranquilizó, le trasmitió su paz, la seguridad de que nada malo iba a pasarle mientras él estuviera allí. El niño encontró todo lo que necesitaba de su papá, y aunque cuando les encontraron el niño estaba llorando, sin saberlo había salvado su vida gracias al abrazo de su padre. El niño está bien, sólo tiene una brecha, y se recupera en un hospital de Córdoba.

Hay otros padres que sufren, muchos, los padres de Marta del Castillo que sufren la ignominia y la vergüenza de la mentira, la cobardía de unos mequetrefes que tuvieron huevos de matar a una cría y ahora no dicen dónde está. Esos padres no pueden ya abrazar a su hija, pero quieren enterrar sus restos, o saber simplemente donde se deshicieron de ella esos mierdas.

Sufren los de los niños de Córdoba, que aún no saben qué ha pasado con ellos. Sufre el padre de Mariluz Cortés, y tantos padres. Les comprendo, sufro por ellos y con ellos. No puedo, ni quiero, pensar que alguno de mis hijos me pudiera faltar. Por eso me ha impresionado tanto ese padre que moribundo abraza a su hijo, porque sabe que lo necesita.

Yo quizá lo hacía poco, ahora lo hago sin parar. No es que ahora les quiera más que hace tres años, es que cada día veo el efecto casi medicinal que en ellos tiene un abrazo, una caricia, un beso, una sonrisa, la «tortuga» china haciéndoles cosquillas hasta que lloran de risa… Ellos me necesitan a mí, y yo les necesito a ellos. Somos parte de algo más grande, sólido e irrompible, somos una familia.

Cuando mi padre, el mío, se puso tan malito, en aquellos primeros días con el susto en el cuerpo, sin saber cómo, ni porqué, ni qué consecuencias iba a tener el cáncer, estoy seguro, que a mi padre le hubiera gustado tener al suyo cerca. Le habría gustado que le hubiera abrazado, que le hubiera dicho alguna frase de aquellas, una rima lapidaria «Nada te turbe, nada te espante…» Los hijos hicimos todo lo que pudimos, y él con su lucha y dos narices hizo el resto.

En mi karma, cuando todo lo malo, yo si tuve a mi padre, si tuve su apoyo y sus abrazos. Tuve a mi madre, mi mujer, mis hermanos, tíos, primos, sobrinos, suegra, cuñados, amigos… Y ahora, sacando el cuello, tengo el cariño y el apoyo de mis padres, mi mujer, mis hermanos, tíos, primos, sobrinos, suegra, cuñados, amigos… Su cariño, apoyo, calor y abrazos.

Gracias, Solamente.

17 comentarios
  1. Iciar dijo:

    Siempre me dices que por qué no te pongo ningún comentario, que por qué no te leo…
    Pues aquí va uno, que no es sólo para este post sino para todos:
    Enhorabuena por esa habilidad que, aunque debe ser innata, has desarrollado hace bien poco, y que sin embargo, va madurando cada día, cada post.
    A mí me gusta también escribir, ya lo sabes, y lo hago menos de lo que me gustaría, por falta de tiempo y por falta de empeño. Y no es fácil, pero es precioso. Y tampoco es fácil gustar a tanta gente, así que adelante con ello.
    Seguramente no seas nunca un famoso escritor, pero cada palabra que escribes te dignifica como persona, porque todo lo que escribes está cargado de sensibilidad, de amor y también de agradecimiento hacia los que estamos a tu lado. Precioso.
    Es maravilloso desnudar tus sentimientos, y además es de valientes, porque es muy fácil para todos tus lectores entrar en el blog, leer, pensar «que bonito», y cerrarlo, pero para el que lo ha escrito es algo muy difícil, porque hay que echarle «un par» para decir ciertas cosas, para reconocer tus debilidades, para no tener miedo a la crítica ni a equivocarte.
    Si que te leo, te lo he leído todo hasta ahora, pero ya sabes que ando siempre corriendo con los niños, el trabajo, el curro de casa,… y aunque lo que escribes me llega muy adentro, no me paro a decirte lo mucho que me gusta todo lo que escribes y lo que me gusta lo orgulloso que estás de la familia que hemos formado.
    Gracias por todas las veces que me has dado tu las gracias en tus relatos, y por todas las que vendrán.
    Un beso enorme.
    Iciar

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    • Pues te lo agradezco, no sólo porque me haya gustado mucho tu comentario, ni por lo bien que escribes, que sube nivel, sino porque aportas siempre.

      Además pensé que este post te gustaría, por lo que de calor y de abrazos de tu padre pueda faltarte, en la medida de lo posible aquí estoy.

      Otro beso

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  2. Iciar dijo:

    Olvidé decirte «gracias a tí, solamente».

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  3. justo dijo:

    Es exacto lo que ha ocurrido y los sentimientos que han producido. Yo lo hice «como un servicio más de responsabilidad» más que salvarme para mí solo.
    Y es una lástima que algunos políticos no piensen más en que y «si me repercute el que dirán los demás??»
    Confío que tengan alguna ocasión de trastorno real para que sepan que daño nos han causado!!!

    Seguimos la ruta y el esfuerzo. Un abrazo especial. Padre.

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  4. JUANMA dijo:

    Lo que más me gusta, es la defensa a ultranza que haces de ese conjunto de cosas que se llama FAMILIA (y no sólo en este post de hoy)

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  5. Alfredo dijo:

    Pues cuando consiga secarme las lágrimas, podré escribir algo. Ya, pero no tengo más que añadir. Lo has dicho todo, y sigo impactado desde que escuché la noticia.

    Ah, y no creo que hubieses flojeado, pero mantener el nivel siempre es complicado. Sobre todo cuando uno se pone el listón muy alto, como creo que es tu caso.

    Enhorabuena (otra vez, y que no decaiga).

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  6. Loreto dijo:

    Puff puff,…!!!!! Javier y familia en menudo lío me has metido, con lo fácil que me engancho yo a estas cosas, y lo que me gustan, y justo con este tema, casi no puedo expresarme porque aunque esté escribiendo, todavía veo borroso por las lágrimas y el nudo en la garganta que no deja pasar el aire.

    En fin, «cuánto les echo de menos», haría lo que fuese por solo 5 minutos en su compañía, bueno una hora, mejor un día… lo importantes que son y más aún cuando se han ido de nuestro lado, gracias por recordármelo porque no quiero que mi hijo me eche de menos y si lo hace, que tendrá que ser algún día, que lo haga con la alegría y el amor que le intentamos dar.

    Gracias y enhorabuena, una lectora más.
    (el del mercadillo de agosto, insuperable)

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    • Querida Loreto, me ha encantado. Sólo escribo por compartir, por aportar, por emocionar y buscar una sonrisa.

      Bienvenida!

      Besos

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  7. Antonio dijo:

    Vi la noticia, para llorar como dices, lo mejor que tenemos como bien dices la familia. Qué lazos tan fuertes nos unen para que ese niño no soltara al padre y el padre aún muerto no soltara al hijo, que no haría un padre por su hijo, aunque hay etapas de la vida que a un hijo le cuesta hacer cosas por su padre.
    Un abrazo

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  8. Inmaculada Mostaza dijo:

    Me ha encantado tu spich sobre abrazos y padres. Lo suscribo de principio a fin y me das mucha envidia en algunos puntos. No obstante es mayor mi alegría por que tengas todo el cariño que te mereces y que luego repartes tan generosamente. Besos.

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    • Gracias a ti Inmaculada, me alegra mucho leerte por aquí y que compartamos estos trocitos de mí. Vuelve cuando quieras, estaré encantado de recibirte.

      Gracias por tu comentario, besos

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