El truco

No puedo ocultarlo más.

He hecho múltiples esfuerzos durante todos estos años, mucha gente me ha preguntado hasta la saciedad qué pasó, y que por qué no contaba lo que sabía. De hecho, ni siquiera mi mujer conoce realmente qué sucedió, me comprometí a no contarlo y lo he cumplido.

Nadie lo comprende, pero es algo que está íntimamente ligado a ese mundillo, y quien nunca ha estado en él no lo comprende, no lo respeta. No es un problema de valores sino de curiosidad y morbo desmedidos. La necesidad de saberlo todo, la curiosidad intrínseca de los cotillas de los programas de corazón y de los fiscales…

A mí siempre me ha gustado mucho, hay una parte de mi que pertenece a ese mundo, mi tope llegó a principios de los 90 cuando aupé en sus inicios a cómicos entonces desconocidos como Chiquito de la Calzá, Felipe II, Pablo Mármol, etc. Realmente, siendo realistas, concursé en aquel magnífico programa de Antena 3 «Genio y Figura» donde empezaban esos y otros muchos más. Algún día contaré cómo conocí a Chiquito, a las 8 de la mañana en los pasillos de la cadena de San Sebastián de los Reyes.

Por eso, con ese pequeño barniz farandulero, me comprometí a guardar su secreto, no porque me diesen miedo sus amenazas, sino porque somos del gremio.

Hace más de 10 años en un especial de magia en Madrid, en navidad, miles de espectadores y en lo alto del escenario uno de los reyes del ilusionismo a nivel mundial, el gran David Copperfield. Creo que es uno de los grandes, su estética ochentera y su relación con Claudia Schiffer le dan un halo magnífico.

Siempre que disfrutamos de un espectáculo, y más si es de un ilusionista o de un mago, tenemos esa sensación de que algo especial va a suceder. Recuerdo además que en el Palacio de los Deportes hacía frío, que había corrientes de aire, el olor del humo artificial mezclado con algunos perfumes especiales era atractivo y desconcertante.

Los primeros compases del espectáculo no defraudaron, aplausos, animación, luces y música. En el centro del escenario él con su pelo cardado y rímel en los ojos, a los lados sus ayudantes, dos mujeres de esas que parecen de mentira. Mi hermano Justo dice que realmente no existen, que están en un cajón y las hinchan al anochecer. Melenas rubias, bodies de cuero con hombreras y botas mosqueteras, las azafatas se movían con el estallido del látigo del ilusionista como las fieras del circo, en un numerito que rayaba el sadomaso…

Al final del espectáculo, el número principal. Haría desaparecer a veinte personas del público. Y para evitar que todo el mundo empezase a levantar la mano gritando ¡yo!, ¡yo!, ¡yo! Las azafatas lanzaban unos globos plateados gigantes, y veinte afortunados, los que los cogieron, los que los cogimos, subimos a aquel magnífico escenario. Sobre una grada en dos filas, 20 sillas de madera. Fuimos ocupando las sillas tal y como nos decían. Las azafatas despistaban a la audiencia masculina con su bamboleo, mientras la femenina regañaba a su contraria.

¡Attention please!

La música a todo volumen, juego de luces, humo perfumado. ¡El ilusionista iba a hacernos desaparecer, a los 20! Mientras explicaba, cerraron las cortinas laterales, luego cayó la frontal…

¡1!, ¡2!, ¡3!

Se abren las cortinas lentamente… Humo, música…

¡Han desaparecido!

Mi mujer y mis cuñados, desconcertados, incluso un poco agobiados, se preguntaban dónde estaría y les quedaba ese chunchún de ¿Porqué no me tocó a mi? Se encendieron las luces, se apagó la música y el público fue abandonando sus butacas. Me esperaban en la calle, en una puerta por la que les indicaron que saldríamos.

Mientras, en los bajos del Palacio de los Deportes de Madrid, los 20 esperábamos a David. Dijo que podíamos llamarle David. Apareció él, nos dio una foto firmada, nos agradeció nuestra colaboración y nos exigió silencio. Dijo que con la pasta que gana, poseía una legión de abogados que nos enterrarían a demandas si hablábamos. A mi no me hacía falta la amenaza, yo soy de ley, y del gremio.

Creí que iba a poder, pero no puedo. Omertá, Solamente.

18 comentarios
  1. julian dijo:

    Javi, pues mas tonto eres si no lo cuentas. Te voy a decir algo, mi padre se murió sin decirnos su ULTRASECRETO!!! Cual era? Los mejores corrillos de setas de Colmenar y sus alrededores. Lejos de quedarnos sin sus impresionantes guisos de setas y cardillos, nos quedamos sin saber donde conseguir la materia prima. Piensen por un momento y asocienlo con esa extraordinaria canción de uno de tus cantantes famosos Javi (Victor Manuel) «a donde irán las secretos (besos en el caso de la canción original) que guardamos, que no damos…»

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  2. juanma dijo:

    Espero con ansia saber más de chiquito y sus andanzas contigo, de verdad apareciste en ese programa?

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  3. nieves dijo:

    Mira que eres cuentista… Me habías puesto el corazón en un puño. Pensaba que ibas a dar con el quid de alguna receta importante o con algún chascarrillo original del que sólo tu eres dueño. Creo que fue Benavente el que dijo algo así como: «Las verdades que se ocultan se vuelven ponzoñosas». Adelante.

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      • Rafa dijo:

        Hay un tío que sale por allí contando los secretos de los magos por la tele y creo que en algún capítulo ya ha salido como lo hacen, cuando encuentre el vídeo te lo paso y así a lo mejor te quitas un peso de encima. Saludos

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  4. Iciar dijo:

    Bueno, pues yo os contaré la versión del que le dejan con la butaca de al lado vacía y no sabe qué hacer…

    No os imagináis lo mal que lo pasé, porque estábamos sentados los dos solos en el patio de butacas y mis hermanos andaban por las gradas. De «repente se lo llevaron» para hacerlo desaparecer y ¡desapareció!

    La gente que se sentaba a mi alrededor me miraba como diciendo ¡Te has quedado sola! Y yo misma empecé a pensar que había enviudado, y sin ni siquiera poder despedirme de él. Mi cara debía ser mara verla, sorpresa, miedo, no tengo claro qué pasaba por mi cabeza…

    A continuación desaparecieron todos (los 20 elegidos, digo) y Copperfield dijo, bueno pues aquí acaba el espectáculo, gracias por venir. Y la gente se fue marchando tranquilamente hacia la calle, y yo, ahí, quietecita, con cara de viuda extrañada…

    A medida que se fue despejando el palacio de los deportes de gente que me miraba, unos con cara de «que suerte, que esta se va a enterar de qué va el truco» y otros de » que pena, pobre, se ha quedado sin marido» o de «y esta pobre ¡ahora qué!», pues me eoncontré con uno de organización y le pregunté: Oiga, ¿los desaparecidos? y él me contestó, pues los desaparecidos salen por la puerta 5.

    Suena como de coña, ¿no? Pues es cierto, así que ahí nos quedamos, en el descansillo delante de la puerta 5, mis hermanos y yo, muertos de risa, con unos cuantos familiares de otros cuantos desaparecidos hasta que por fin salió mi chico. ¡Menos mal!

    Por supuesto según salió le preguntamos, mas bien le acosamos para que nos contara qué había pasado en ese escenario. A mi me contó un poquito, pero desde luego Copperfield tiene mucha suerte con Javi porque no se lo ha contado a nadie más.

    Ale, besos

    Iciar

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  5. Tito dijo:

    Los secretos no se le cuentan ni a la Parienta..
    Las setas están, como me dijo una vez un setero, ahí mismo, en el monte.

    ———
    Homenaje al gran Chiquito.

    Papárl, papárl, llé-va-mé al Circorl!!!

    ¡Noooorl!. si quieren verte, que vengan ellos a casa.

    (por la gloria de mi Madre)

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  6. La siguiente la pago yo dijo:

    Un mago que se llama como un personaje de Dickens… si es tan listo, ¿cómo no hace desaparecer a su mujer de vez en cuando?
    – «David, tenemos que ir a IKEA». Hala, la hago desaparecer.
    Claro que para eso, desaparecería yo.
    Cobarrrrrrrderl!!!

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  7. Santirez dijo:

    Jo, Javi, eres una caja de sorpresas!!
    Lo de aupar a Chiquito, eso ya me pierdo, que fue ¿para que apretara el boton de parada del bus? ja,ja!

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  8. pepito grillo dijo:

    Si no quieres contar lo que pasó, no empieces contando la historia. Es como la frase típica del «tengo algo que contarte pero no puedo». Pues no digas nada y punto. Me aburre. Pero otra cosa, tú realmente crees que esas 20 personas se han callado por mucha amenaza judicial?? Yo no me callaría nada, que le den a david Copperfield que yo cuento lo que me salga de las narices. Además en castellano, qué yankee se iba a enterar?

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  9. Almendra dijo:

    Que delicia leerte! Gracias por compartirlo!

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